He probado tres (¡!) paquetes de software para grandes empresas. El resultado: una pesadilla.
Si quiero redactar una simple factura, primero tengo que hacer clic en "Operaciones", "Sustitutos", "Rango de números por defecto" y cien botones más. ¿Por qué?

El software debería ayudar, no castigar.
Si quiero abrir un documento, hago clic en una carpeta. Y ya está.
¿Pero aquí? Primero tengo que crear una "transacción", que luego, de alguna manera, se transforma en una factura. Ni idea de cómo, ¡y eso que soy programador!

¿Más botones = más calidad? Qué tontería.
Estas herramientas lo meten todo en la pantalla principal: Exportar, contabilizar, abrir partidas, actualizar... todo a la vez.
Es como si alguien llenara tu habitación con 300 muebles y dijera: "¡Vaya, ahora es de alta calidad!". No. Es un caos.

El buen software es invisible.
Funciona automáticamente en lugar de abofetearte con 500 botones. Pero los desarrolladores modernos parecen coleccionar botones como Pokémon. Lo principal está en todas partes.

Hecho: el mal software mata la productividad Y el estado de ánimo.
Lo hemos comprobado: Cuanto más complicada es la herramienta, más frustrados están los empleados. Lógico: nadie quiere trabajar con un camión de chatarra virtual cuando podría ser una excavadora limpia y automática.
Estamos construyendo un software empresarial que pone fin a este caos.

Si ya está harto del infierno de botones y maratones de clics: haga clic aquí para conocer nuestra solución empresarial.